Entrevista a Diego Staropoli de Fundación Mandinga: «Tatuamos a más de 3200 mujeres sobrevivientes de cáncer de mama»
Diego Staropoli creó en 1993 «Mandinga Tattoo» en Villa Lugano sin saber que se convertiría en uno de los mayores referentes de tatuajes en Latinoamérica. Actualmente, su nombre se popularizó no sólo por el arte que sus clientes se llevan en la piel sino por su fuerza solidaria. Desde hace algunos años que también existe la Fundación Mandiga que entre sus acciones benéficas, tatúa gratuitamente a aquellas pacientes de cáncer de mama.
Octubre significa un mes muy movilizante para Staropoli ya que es una oportunidad para seguir difundiendo sus trabajos y concientizando sobre la enfermedad. En diálogo con Para Ti, el tatuador nos contó sobre las iniciativas para estas próximas semanas y recordó cómo fueron los inicios de este proyecto que cambió la vida a más de 3200 mujeres.
-¿Hace cuánto que comenzaste con esta idea en Mandinga Tattoo de reconstruir las areolas mamarias?
-Desde que empezamos hace 15 años, octubre es un mes increíble en todo aspecto. Me toca vivirlo muy de cerca ya que esta tarea de la reconstrucción de areolas mamarias la hago básicamente porque todas las mujeres de mi familia tuvieron cáncer de mama. Hoy son más de 3200 mujeres las que vinieron y el vínculo se hace muy fuerte siempre.
-¿Cómo fue la experiencia de la enfermedad en tu familia?
-La primera que tuvo cáncer de mama fue mi abuela, después mi vieja y hace poco falleció una tía. Cuando yo me enteré de que si bien las que tenían la posibilidad de recuperar la forma con una prótesis lo hacían, nunca recuperaban la aerola mamaria. Hace muchos años se me ocurrió lo del tatuaje permanente porque se hacían unos tattoos con micropigmentación que duraban pocos meses y que los hacían unas personas que se dedicaban a la estética. Por lo tanto, no tenían ese toque artístico, ese realismo. Así empezamos, publicamos en Fotolog y comenzaron a venir mujeres y mujeres. Esto lo hacemos gratis.
-Este año hubo una exposición de «Tatuajes Sanadores» en la Legislatura en el marco del Ni una Menos, ¿de qué se trató?
–Tenemos algo llamado «Tatuajes Sanadores» que es tapar cicatrices muy grandes que quizás otros no se animaron a hacerlo. En su mayoría son mujeres y un gran porcentaje, están quemadas lamentablemente por violencia de género. Estamos hablando de más del 50 % del cuerpo quemado en general. Hicimos una muestra fotográfica y, este año, la presentamos en la Legislatura porteña. Lo repetimos varias veces pero en Buenos Aires, esta fue la segunda vez».
«Camino a Alaska, tatué a 370 mujeres en distintos países por cáncer de mama«
-Hiciste un viaje por varios países presentando tu trabajo, ¿Cómo fue esta experiencia?
-En el 2022, me fui hasta Alaska manejando con mi familia y esa muestra la llevamos en paneles vinílicos. La presentamos en más de 10 países y siempre la gente cuando la ve queda muy impactada. Ponemos las fotos de las mujeres cuando llegan a nosotros y ves el rostro de la gente totalmente resignado, y de repente, mostramos las fotos de las personas ya tatuadas. Ves como le cambia el rostro, la figura, la alegría. Es algo realmente muy fuerte.
La idea surgió en la pandemia ya que una de las cosas que tenía ganas de hacer era manejar por América de punta a punta. Vendimos una casa que teníamos, armamos un motorhome y viajamos con mi mujer y mis dos hijos. En el camino tatué a 370 mujeres en distintos países por cáncer de mama. Cada vez que llegaba a un país, me iban contactando de ese lugar y nos esperaban. Di charlas en universidades, tatué en centros médicos, tatué dentro del motorhome en Cartagena. Fue un viaje de placer y casi de laburo también. Más allá de que no las cobro, es algo que significa tiempo y laburo.
«Vamos generando amigos en todos lados y como experiencia, es increíble»
-También tenés la Fundación Mandinga Tattoo…
En su momento presentamos todos los documentos para obtener la personería jurídica ya que desde hace años apadrinamos escuelas rurales. Siempre pasaba que mandábamos un camión con donaciones y lo paraban ya que no teníamos recibos. Ahí decidimos armar la fundación y fue muy rápido el trámite ya que todos conocían a Mandinga. Hoy dentro de esta Fundación, funciona un consultorio gratuito que se dedica a la prevención del cáncer de mama.
No tenemos mucha estructura ni ayuda económica pero vamos haciendo lo que podemos. El consultorio lleva atendiendo a cientas mujeres. A algunas se les ha detectado cáncer maligno y quizás si no hubieran venido, no se hubieran hecho atender.
-¿Qué tienen planificado para este mes de octubre que es de concientización del cáncer de mama?
-Este mes hacemos una caminata rosa que todos los años la hacemos en Villa Lugano. En la última vinieron 15 mil personas. La tenemos planificada el 3 de noviembre y este 27 de octubre, hay caminata por primera vez en Canning. En marzo, tenemos una exposición grande en La Rural donde la fundación tiene su espacio y presentaremos esta muestra fotográfica. Dentro de 15 días también viajaremos a visitar algunas escuelas de Santa Fé.
-¿Cómo te sentís con todo lo que lograste que es realmente admirable?
-Cuando arranqué esta historia tenía menos de 30 años, hoy tengo 52. Van pasando los años pero vale la pena. Vas generando amigos en todos lados y como experiencia es increíble. Nunca me creí ninguna película, lo que hacemos es ínfimo en comparación con lo que hacen otros. Hemos cruzado a gente que hace cosas épicas. No estoy solo sino que me acompaña mi familia y mi grupo de amigos que viene trabajando de hace rato. Es un orgullo pero no me relajo. En lo que podamos siempre vamos por más.
Instagram: @fundacionmandingatattoo/ @mandingatattoo